En cuanto Viktor llegó al castillo por segunda vez junto a su hermano y Erika, se apartó de ellos y se dirigió al salón donde se encontró con una sorpresa. Sentado en uno de los sillones estaba Sven, su medio hermano por parte de padre y al cual Viktor no deseaba ver para nada.
— ¿Qué haces aquí, Sven? ¿No se supone que debes estar en Eldast? — le dijo Viktor molesto pasando de largo sin mirarlo.
— Hola a ti también, hermano — respondió Sven con una sonrisa —.Dime, Viktor, ¿qué sentido tiene que me quede en Eldast si todos los lycans se trasladaron hacia acá? Ni modo que me quedara solo en esa ruina de castillo que tienes allá.
— Se supone que debes cuidar esa zona, por algo te la di — respondió Viktor y se volteó a verlo con enojo.
— ¡Claro! La peor parte para mí, ¿no? El castillo se cae a pedazos y no hay nada interesante en los alrededores. Es solo un terreno vacío.
— ¡Pues si no te gusta abandónalo y pondré a otro en tu lugar! ¡Es así de simple! ¡Ahora vete de aquí, Sven, no quiero verte! — exclamó Viktor y apuntó hacia la puerta, indicándole que se marchara.